jueves, 28 de noviembre de 2013

MENOS SEXISMO EN EL NUEVO DICCIONARIO

Por Lola Bahr

Pareciera que poco a poco nos vamos atreviendo a realizar ciertos “cambios” en lo que respecta a lo femenino. En este caso con el lenguaje, y más concretamente con la lengua Española.
Sabemos que en el lenguaje, el estilo masculino ha predominado, tanto en los significados de las palabras, como en las palabras en sí. Ni que decir, que la gran mayoría de los miembros de la RAE (Real Academia de la Lengua Española), son hombres. A esto le añadimos, que no hay un criterio universal de significado, si no un “adaptarse” a  los tiempos que corren; lo que lleva por ejemplo a plantearse el significado de femenino; -débil, endeble-. ¿Será que nos hemos hecho más fuertes con el tiempo? O… ¿Será que ahora interesa que no  seamos tan débiles? Veremos cuál será el significado...
Aquí adjuntamos un artículo, para que cada una saque sus propias conclusiones. Personalmente la sensación que me dejó fue de tristeza, al ver la riqueza que tenemos de palabras para expresarnos, y por decisión de “algunos”, hay que usar un lenguaje limitante.
Gracias a Dios, hay personas con las que podemos compartir el expresarnos con un sentido más universal.


Menos sexismo en el nuevo Diccionario
La Real Academia Española suprime acepciones contestadas por su machismo en 2014
Algunas definiciones son inexactas pese a haber sido incorporadas en el siglo XX
                El lenguaje es sexista. ¿Hay que forzar el cambio?
                Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer
                Inés Alberdi: "Son un poco antiguos en la RAE"
TEREIXA CONSTENLA Madrid 24 Nov.

FERNANDO VICENTE



Borges se burló del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) con su característica inclemencia: “Cada nueva edición hace añorar a la anterior”. No parece que vaya a ocurrir con la versión vigésimo tercera, que saldrá a finales de 2014. Al menos desde el punto de vista del sexismo. Algunas de las acepciones más denostadas por su sesgo machista desaparecerán. Ya no será más huérfano quien pierda al padre que a la madre.

Lo femenino no equivaldrá a débil y endeble, ni lo masculino a varonil y enérgico. Tampoco babosear tendrá entre sus variadas definiciones la de “obsequiar a una mujer con exceso” (aunque esta se enmendó durante una de las cinco actualizaciones realizadas desde 2001, cuando se publicó la 22ª edición del DRAE).
En las casi 93.000 entradas que recogerá la nueva obra (5.000 más que la actual) se incorporarán enmiendas en los nombres de profesiones o actividades que desempeñan mujeres. Entre otras, tendrán lema doble: alfarero, -ra, camillera, -ra, cerrajera, -ra, enterrador, -ra, herrero, -ra, picapedrero, -ra, costalero, -ra o soldador, -ra. Otras pasan a ser un nombre común en género, esto es, un término con masculino y femenino según el contexto, que sirve para unas y otros sin necesidad de alterar la terminación (el/la concertino, el/la submarinista o el/la guardabosque).

Gozos y sombras del DRAE
Algunas de las siguientes acepciones del Diccionario de la Real Academia Española serán modificadas en la edición, que se publicará a finales de 2014.
Huérfano. Dicho de una persona de menor edad: a quien se le han muerto el padre y la madre o uno de los dos, especialmente el padre.
Gozar. Conocer carnalmente a una mujer.
Cocinilla. Hombre que se entromete en cosas, especialmente domésticas, que no son de su incumbencia.
Periquear. Dicho de una mujer: disfrutar de excesiva libertad.
Cancillera. Cuneta o canal de desagüe en las lindes de las tierras labrantías.
Edén. Paraíso terrenal, morada del primer hombre antes de su desobediencia.
Hombre. Ser animado racional, varón o mujer. / Individuo que tiene las cualidades consideradas varoniles por excelencia, como el valor y la firmeza.
Mujer. Persona del sexo femenino. / Que tiene las cualidades consideradas
femeninas por excelencia.
Femenino. Débil, endeble.
Masculino. Varonil, enérgico.
Padre. Varón o macho que ha engendrado. / Cabeza de una descendencia, familia o pueblo. / Padre de familia: jefe de una familia aunque no tenga hijos.
Madre. Hembra que ha parido. / Madre de familia: mujer casada o viuda, cabeza de su casa.
“La edición de 2014 tendrá miles de novedades, algunas tan minúsculas que los lectores no las van a captar”, precisa su director, el académico y catedrático de Lengua española, Pedro Álvarez de Miranda. “Se trata de que el Diccionario sea mejor, no menos machista, sino de que lo que diga sea verdad. Parece que solo actuamos a instancias de parte y no es así… no se cambia por protestas sino porque no es verdad. Lo que no se puede pretender es cambiar la realidad a través del Diccionario. Si la sociedad es machista, el Diccionario la reflejará. Cuando cambia la sociedad, cambia el Diccionario”, añade.
Eulàlia Lledó, una catedrática de Lengua y Literatura de secundaria que lleva años investigando los sesgos sexistas en el lenguaje, solo comparte con el académico un aspecto: el retrato de la realidad. En su opinión, la casa es refractaria a incorporar usos igualitarios que están en la calle. “El DRAE está a años luz de la sociedad. Arrastra una inercia que parece que les gusta. Una de las misiones del Diccionario es reflejar la realidad. Si lees las definiciones de madre, padre o huérfano verás que no la reflejan. El androcentrismo y el sexismo son tópicos que contravienen la realidad”.
Convengamos que les cuesta. Retrocedamos hasta 1992, un año en el que ocurrieron tantas cosas en la sociedad española que no había tiempo para palabras. Para sumarse a la fiesta la RAE publicó la vigésimo primera edición del Diccionario, la segunda que se corregía en democracia y solo ocho años después de la anterior, sin enmendar ninguna de las definiciones que la realidad estaba sobrepasando a toda prisa, como periquear (“disfrutar de excesiva libertad la mujer”) o gozar (“conocer carnalmente a una mujer”), que había figurado en la versión de 1780 (“gozar de una muger: tener congreso carnal con ella, consintiendo ella o padeciendo violencia”) y luego desaparecido. Y aunque en su haber figuraron entradas como jueza, concejala o machismo, siguió resistiéndose a incluir médica. Un término con una extraña evolución: se registra en el canon lexicográfico de 1925 (“mujer que se halla legalmente autorizada para profesar y ejercer la medicina”) y se destierra de ediciones posteriores hasta 2001.
Álvarez de Miranda: "Se trata de que el DRAE sea mejor, no menos machista"
En algunos aspectos, el DRAE retrocedió en el XX. En el siglo que se consagran los derechos de la mujer como un pilar básico de las sociedades modernas —claro que en España se obstaculizó la igualdad (y no solo) durante cuatro décadas—, el Diccionario incorpora acepciones que proclaman el sometimiento de las mujeres como la citada babosear o las ningunean como ocurre con huérfano. Hasta la versión de 1925, la definición es impecable y mantiene con mínimos matices la introducida en el siglo XVIII por los primeros redactores: “La persona que ya no tiene padre, o madre, o le falta uno y otro”. Es en el siglo XX cuando se añade la coletilla que convierte a alguien en más huérfano si pierde al padre que a la madre.
Eulàlia Lledó: "El androcentrismo es un tópico que no refleja la realidad"

A la RAE, que ahora desterrará estas definiciones de su principal obra, le ha costado dar el paso, a pesar de que ya en la década de los ochenta encargó a tres expertas (entre ellas Eulàlia Lledó) un informe para detectar sesgos sexistas con vistas a mejorar la edición de 2001. “Del trabajo que hicimos, apenas recogieron cosas. Creo que cuando vieron la envergadura, decidieron cambiar poco. Pagaron por un trabajo que tiraron”, recuerda la filóloga. En el estudio no se limitaban a revisar definiciones, también analizaban ejemplos, donde detectaron una clara hegemonía de los masculinos y una sobreabundancia de casos peyorativos en los femeninos. “Les cuesta menos introducir cambios que tienen que ver con las profesiones que con aspectos relativos a lo físico, lo moral o lo sexual”, concluye Lledó. De las difíciles relaciones entre la Academia y las feministas da fe el debate generado el año pasado tras un informe del académico Ignacio Bosque sobre las guías de lenguaje no sexista en el que afirmaba: “Nadie niega que la lengua refleje, especialmente en su léxico, distinciones de naturaleza social, pero es muy discutible que la evolución de su estructura morfológica y sintáctica dependa de la decisión consciente de los hablantes o que se pueda controlar con normas de política lingüística”.
El sexismo del lenguaje comenzó a combatirse a nivel internacional en la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en México en 1975. No es exclusivo de las lenguas latinas. El inglés arrastra sus prejuicios. En un artículo de hace unos años, Deborah Cameron, profesora de Lengua y Comunicación en la Universidad de Oxford, citaba fireman (bombero), gestada a partir de la palabra man (hombre), y sustituida por el integrador firefighter tras presiones de movimientos femenistas. Dicho lo cual avisaba de que la lengua corre libre: “Las instituciones pueden legislar sobre el lenguaje, pero las reformas solo funcionan si la mayoría de los hablantes las aceptan. La gente nunca consulta a las autoridades antes de abrir la boca”. A estas alturas nadie comparte lo que un día espetó Leopoldo Alas: “Somos los amos de la lengua”. Las palabras nacen, mueren o se transforman por voluntad de todos en general y de nadie en particular (salvo excepciones: mileurista tiene una madre reconocida que acuñó el término en una carta a este diario que corrió como la pólvora). En esto conciden los hacedores de diccionarios y quienes los someten a auditorías externas. “Las lenguas dependen de la gente y las cosas van a su cauce”, concede Eulàlia Lledó.
“El Diccionario tiene que reflejar la realidad y toma nota de lo que pasa del uso al desuso. Pero el Diccionario no puede acelerar el proceso”, defiende Álvarez de Miranda. Por ejemplo, sexo débil “podría estar cerca de la necesidad de tener una marca de vigencia porque probablemente hoy se usa poco, pero en la próxima versión saldrá sin marca”. En 2014 se conservarán las acepciones de sexo débil como “conjunto de las mujeres” y sexo fuerte o feo como “conjunto de los hombres”. Otra herencia sexista del siglo XX.


lunes, 25 de noviembre de 2013

Afganistán pretende recuperar la lapidación para castigar el adulterio

http://www.elmundo.es/internacional/2013/11/25/52938b0961fd3d333b8b4570.html

  • La sociedad afgana no acepta las relaciones sexuales fuera del matrimonio

  • Human Rights Watch denuncia que el Gobierno va a legalizarla en el código penal

Akhtara de 29 años, víctima de la violencia doméstica, junto a su...
Akhtara de 29 años, víctima de la violencia doméstica, junto a su hija en su vivienda de Kabul el 23 de noviembre Efe
El Ministerio de Justicia afgano pretende introducir la lapidación en el nuevo código penal del país como castigo para las mujeres y hombres casados que mantengan relaciones sexuales fuera del matrimonio, según ha denunciado la asociación Human Rights Wacth que ha tenido acceso al borrador de la nueva ley.
"Es chocante que, tras doce años de la caída del régimen talibán, el Gobierno de Hamid Karzai quiera recuperar la lapidación como castigo", ha lamentado el director de Human Rights Watch en Asia, Brad Adams, en referencia a una práctica que se convirtió en habitual durante el régimen fundamentalista entre 1996 y 2001.
La asociación de defensa de derechos humanos ha reclamado que los países que contribuyen a la financiación del Gobierno afgano -entre ellos, España- envíen un mensaje claro a Karzai advirtiéndole que no van aceptar algo así y que la reforma del código penal afgano en ese sentido tendrá como inmediata consecuencia el fin del apoyo económico internacional.
En la actualidad el Gobierno afgano depende casi al cien por cien de la financiación extranjera. Además, el domingo dio luz verde para que Estados Unidos mantenga sus tropas en el país once años más y pague el mantenimiento de las fuerzas de seguridad afganas, cuyo coste asciende e unos 4.000 millones de dólares anuales (unos 3.075 millones de euros).
El apedreamiento se debe realizar en público como ejemplo para el resto de la población
En concreto el borrador del nuevo código penal dice que si un hombre y una mujer casados son sorprendidos manteniendo relaciones sexuales fuera del matrimonio deben ser lapidados como castigo. Y además, el apedreamiento se debe llevar a cabo en público como ejemplo para el resto de la población. En caso de que el varón y la mujer estén solteros pero mantengan relaciones sexuales, también deben ser castigados, pero con cien latigazos cada uno. En la actualidad el código penal afgano prevé penas de cárcel de hasta quince años para estos dos casos.
La sociedad afgana es profundamente conservadora y no acepta las relaciones sexuales fuera del matrimonio. El código penal que ahora está en vigor en el país data de 1976, y no prevé en ningún caso la lapidación. Aún así, tras la caída del régimen talibán en 2001, se han llevado a cabo algunos apedreamientos en zonas rurales pero, que se sepa, son casos aislados.
Publicado por Inspiración Femenina Tian.

Día Internacional contra la violencia de género





El 25 de noviembre fue declarado día Internacional contra la Violencia hacia la mujer en el primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y del Caribe celebrado en Bogotá (Colombia) en julio de 1981. En este encuentro las mujeres denunciaron la violencia de género a nivel doméstico y la violación y el acoso sexual a nivel de estados incluyendo la tortura y los abusos sufridos por prisioneras políticas.
Se eligió el 25 de noviembre para conmemorar el violento asesinato de las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y Maria Teresa), tres activistas políticas asesinadas el 25 de noviembre de 1960 a manos de la policía secreta del dictador Rafael Trujillo en la República Dominicana.
Hubo que esperar unos años para que Las Naciones Unidas en su 85ª sesión plenaria, el 20 de diciembre de 1993, ratificara la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, donde se afirma que esta violencia es un grave atentado a los derechos humanos de la mujer y de la niña.
En el artículo 1 define la violencia contra la mujer:
A los efectos de la presente Declaración, por "violencia contra la mujer" se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.
Han pasado 20 años desde que las Naciones Unidas se dieron por enteradas de que las mujeres sufrían violencia de género. No queremos ser pesimistas pero en estos 20 años la violencia sobre la mujer, lejos de paliarse, parece que se incrementa.
Erradicar esta violencia no creemos que se base en leyes sino en educación y, lamentablemente, ésta aún sigue los parámetros de una sociedad “androcéntrica” que no está dispuesta –de momento- a cambiar ciertos parámetros.
Literatura, cine, moda etc, siguen dando el perfil de una mujer adherida a los cánones patriarcales que han hecho de ella un ser sumiso, minusválido y lo que es peor, ¡sin recursos emocionales!
No podemos esperar a que los estamentos sociales cambien sus principios, no debemos aguardar a que unas leyes que se aplican de manera “sui generis” y unas protecciones… que parecen mirar para otro lado, nos eviten una víctima más; debemos más bien, a nivel individual, acrecentar una educación que nos aleje del modelo “Barby del siglo XXI”.
Pero más allá de la  atroz violencia física, que arroja unas cifras de feminicidios espeluznantes en todo el planeta, queríamos llamar la atención sobre esa “violencia” diaria, de guante blanco y que no se considera tal, ni por parte de quien la ejerce ni por parte de quien la sufre.
Gestos, portazos, malas caras, levantar la voz, ese “día a día” que la mujer considera normal dentro de la convivencia por aquello de que los hombres suelen ser muy “temperamentales”. Qué decir de las pequeñas coacciones, de la imposición de criterios, de las sugerencias que enmascaran imposiciones… Todo esto que la mujer acepta por aquello de que aún cree que los hombres saben más…
Nos espanta comprobar como todo esto, no lo sufren solamente mujeres de cierta edad, sino que las jóvenes ¡incluso las adolescentes! navegan en estas agua turbulentas creyendo que van en la góndola de amores sublimes.
 “Nacida mujer”,  sigue siendo aún una condición en este mundo y desde el rol de educadora que es toda mujer,  debemos  proveer a las niñas de recursos emocionales para que puedan desarrollar una inteligencia emocional que la permita desarrollarse sin la etiqueta de “víctima”.
Queda mucho o ¡todo! por hacer. Mientras, inculquemos a las niñas, jóvenes y menos jóvenes que no se puede consentir una falta de respeto. Si se consiente vendrán otras.

Determinadas cosas hay que cortarlas de raíz para que no proliferen y nos enreden en el bosque del maltrato del que después es muy, ¡pero que muy difícil! salir.

Desde la Inspiración Femenina, hoy, nos sentimos especialmente conmovidas.
Inspiración Femenina Tian.