Por Lola Bahr
Un artículo publicado recientemente por The New York Times asegura que la mayoría de las mujeres de más de 50 años que recurren a un tratamiento estético están más preocupadas por conservar su trabajo que sus maridos.
Según expertos consultados por el periódico estadounidense, debido a la presión social estas mujeres buscan verse como profesionales "cool", porque eso las ayuda a mantenerse jóvenes y para lograrlo no dudan en recurrir a tratamientos y cirugías.
Hoy en día los dermatólogos y esteticistas de la Gran Manzana atienden a un nicho de la población relativamente nuevo: profesionales, de determinada edad, que no desean verse obligadas a poner en un segundo lugar su carrera por ser percibidas como demasiado viejas.
Macrene Alexiades Armenakas, una dermatóloga famosa entre las ejecutivas neoyorquinas, señaló que frecuentemente recibe a ejecutivas de grandes empresas que "quieren mantenerse activas aún cuando ya pasaron hace rato los 60".
Sin embargo este caso no sólo se presenta en Estados Unidos, pues de acuerdo con el portal del periódico El Clarín, en Argentina la edad también es un condicionante de gran presión para las mujeres, para quienes el "look" laboral ya es más importante que arreglarse para sus propias parejas.
Se sienten amenazadas
Quieren verse "frescas", con un estilo que no las aleje demasiado de sus competidoras de la franja de los 30. Quieren parecer vitales, pero maduras como para dar órdenes, indicó el rotativo.
"Vivimos en una sociedad en donde la imagen cada vez cobra mayor peso", dice Sofía Scagliotti, directora de Negocio de la división Argentina-Uruguay de la consultora de Recursos Humanos HR Consulting.
La especialista admite que las mujeres de 45-55 años pueden sentirse amenazadas "por el entusiasmo, la energía, la agilidad y la frescura de la sangre joven, pero también se reconocen con un aplomo que proviene de los años vividos, del criterio que desarrollaron y la autonomía que lograron en sus carreras".
Para Laura Orsi, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), la presión tiene que ver con un cambio de roles.
"Antes había menos posibilidades de elegir y de mantenerse en actividad profesional después de cierta edad. Hoy, muchas mujeres de más de 50 participan activamente en la vida laboral, social y hasta política. Son líderes, forman opinión, pero además son mujeres. Y quieren estar impecables, a la moda", indicó.
© 2013 Univision Communications Inc.
Quieren verse "frescas", con un estilo que no las aleje demasiado de sus competidoras de la franja de los 30. Quieren parecer vitales, pero maduras como para dar órdenes, indicó el rotativo.
"Vivimos en una sociedad en donde la imagen cada vez cobra mayor peso", dice Sofía Scagliotti, directora de Negocio de la división Argentina-Uruguay de la consultora de Recursos Humanos HR Consulting.
La especialista admite que las mujeres de 45-55 años pueden sentirse amenazadas "por el entusiasmo, la energía, la agilidad y la frescura de la sangre joven, pero también se reconocen con un aplomo que proviene de los años vividos, del criterio que desarrollaron y la autonomía que lograron en sus carreras".
Para Laura Orsi, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), la presión tiene que ver con un cambio de roles.
"Antes había menos posibilidades de elegir y de mantenerse en actividad profesional después de cierta edad. Hoy, muchas mujeres de más de 50 participan activamente en la vida laboral, social y hasta política. Son líderes, forman opinión, pero además son mujeres. Y quieren estar impecables, a la moda", indicó.
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