Por Inspiración Femenina Tian
En el paso fronterizo del barrio chino, cerca de Beni-Enzar,
en Mellilla (frontera entre España y Marruecos), el pase de mercancías está
permitido, siempre que se lleven encima a modo de equipaje personal. Y a esto
se dedican un buen número de mujeres, las llamadas ‘mujeres-mula’, que cargan
sobre su cuerpo y sus espaldas todo el peso que pueden soportar, para luego
caminar unos cuantos kilómetros con las mercancías a cuestas y cruzar la
frontera. Por ello reciben la importante suma de unos 15 euros (por realizar
tres viajes al día). No importa que estén lesionadas, que tengan un cáncer de
mama o que sean viejas o enfermas, es su única fuente de ingresos y, en la
mayoría de los casos, la única fuente de ingresos para su familia (la mayoría
son madres solteras, viudas o divorciadas, que tienen que mantener ellas solas
a los hijos).
Es evidente que estamos ante una situación esclavizante, por
supuesto, de nuevo con la utilización de la mujer.
Hace unos años nos escandalizábamos con las noticias sobre
las fábricas de ropa y calzado deportivo de marcas como Nike o Adidas, en las
que claramente había una sobreexplotación de sus trabajadores, en su mayoría
mujeres y niños, y situadas en China, Vietnam y otras partes del continente
asiático… En el caso que estamos observando hoy, los explotadores no son
grandes marcas, pero el resultado es el mismo: mujeres sobreexplotadas, ganando
apenas lo suficiente para sobrevivir, y sin posibilidades de hacer otra cosa.
Eso sí, en la frontera española (País democrático y con derechos humanos,
dicen)… cerquita, cerquita.
Les dejamos un artículo y un link de un reportaje fotográfico,
para que vean más de cerca a estas ‘mujeres-mula’.
Usar as redes sociais para pedir PARA QUE O MUNDO INTEIRO tomem conhecimento. É um fato REAL que existe.Vamos nos mobilizar para acabar com essa prática, criando mecanismo para a sobrevivência delas com dignidade.
ResponderEliminarLa mujer mientras sea esclava de la ignorancia nunca será libre!
ResponderEliminarsuma y sigue... y después de encongares el corazón, surge la pregunta, ¿Hasta cuando?
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