Por Claudia Magnou
Les compartimos algunas de las incidencias que la prensa recoge en torno
a ser el Día Internacional de la Mujer.
Brasil:
aumentan penas para crímenes contra las mujeres y las niñas
(BBC News)
Los homicidios relacionados con violencia doméstica tendrán
penas de entre 12 y 30 años.
Pero se podrán aplicar condenas todavía más largas para el
asesinato de una mujer embarazada, una mujer que acaba de dar a luz, de niñas
menores de 14 años o mujeres de más de 60 años.
Rousseff dijo que 15
mujeres son asesinadas diariamente en Brasil.
Leyes similares han sido introducidas en otros países
latinoamericanos como El Salvador, donde la tasa de homicidio de mujeres es la
más alta en el mundo.
Uruguay
(Diario “La República”)
Xavier sobre situación de las mujeres: “Falta mucho por hacer”
La presidenta del
Frente Amplio (coalición de gobierno), Mónica Xavier, escribió una columna de opinión en la que afirma que
“en materia de género, nuestra sociedad tiene más realidades para cambiar que
aquellas que puede celebrar”.
En ese sentido,
habló de que “inequidades y violencia contra la mujer son hechos cotidianos que
deben ser combatidos desde todos los sectores de la sociedad”. Para la senadora
electa, “exigen una decidida acción gubernamental, aún más rotunda que la que
ha permitido significativos avances en esta década, para andar un camino de
abolición de profundas injusticias”.
Xavier recordó que
“la Encuesta Nacional de Prevalencia de Violencia Basada en Género y
Generaciones, reveló que siete de cada
diez mujeres han vivido algún tipo de violencia basada en género en algún
momento de su vida”. Consideró que “los asesinatos y la violencia ejercida
sobre las mujeres son actos terribles y cobardes (…) que se ven cobijados por
el silencio de otros que deberían actuar y contribuir a detenerlos”.
Como parte de la
solución, citó los mecanismos de denuncia que se han desarrollado en estos años
y en los que “debemos involucrarnos todos para ponerle fin a este flagelo”.
En otro orden,
Xavier consideró que “la cobertura mediática, a la que asistimos diariamente,
no contribuye en nada”. “Se ha desarrollado un estilo que, en las más de las
veces, deja a las mujeres en un plano aún mayor de vulnerabilidad. La
exposición de historias y conjeturas cargadas de truculencia, tejidas en
minutos, al compás de imágenes macabras, representan una afrenta hacia las
mujeres”, dijo.
Para la
frenteamplista, “el espectáculo de la violencia doméstica es uno de los platos
predilectos de los informativos” y por ello “tenemos planteado un desafío muy
grande en el abordaje y publicación de la información”.
Sobre el final,
enfatizó en que “es cierto que falta mucho por hacer, en todo sentido, para
generar verdadera protección a las mujeres” y en que “es cierto que cada
agresión nos debería sensibilizar a todos”. No obstante, aclaró que “también es
cierto que se está trabajando como nunca antes en nuestro país para eliminar
todas las formas de violencia, incluida la inequidad”.
“Los gobiernos del
Frente Amplio están llamados a establecer verdaderos equilibrios. Y estamos
avanzando. Pero no debemos esperar décadas y décadas para terminar con las
desigualdades. Sin equidad no hay democracia plena”, concluyó.
Violencia de género: la paja en el ojo ajeno
En Uruguay, la violencia
contra las mujeres es un delito penal. No obstante, en el pasado enero, seis
mujeres fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas. Ante ello, llama la
atención la singular explosión mediática que provocan los hechos cuando, se
trate de agresores o de víctimas, aparece el elemento de extranjería.
Los hombres sirios,
en el lugar en que se encuentren, se sienten legitimados para pegarle a sus
mujeres porque su cultura lo asume como natural y hasta necesario; además, el
sistema de justicia tradicional (sharia),que en países musulmanes desafía a las
leyes formales, no solo no lo condena sino que con frecuencia ordena castigos
extremos.
En Uruguay, la
violencia contra las mujeres es un delito penal. No obstante, en el pasado enero, seis mujeres fueron
asesinadas por sus parejas o ex parejas; dos de los hombres se
autoeliminaron luego de matarlas, otros dos agresores son policías. La primera
Encuesta Nacional de Prevalencia de la Violencia basada en Género y
Generaciones, realizada en 2013, revela que 7 de cada 10 uruguayas sufrió
violencia de género alguna vez en su vida y un 20% de las encuestadas reportó
la recibida de sus convivientes durante los últimos 12 meses. Pero el clamor
social por seguridad ciudadana identifica espontáneamente los hurtos y rapiñas,
la violencia de género no aparece en tan urgente reclamo.
Legitimados unos,
indiferentes a la norma legal otros, sirios y uruguayos agreden a las mujeres,
particularmente a aquellas con las que tienen o han tenido una relación
sentimental, pero también a cualquier otra que no se avenga a sus deseos. En
todos los casos, lo que cometen son flagrantes violaciones a los derechos
humanos de las humanas, ante los cuales la justicia debe intervenir.
Lo que llama la
atención es la singular explosión mediática que provocan los hechos cuando, se
trate de agresores o de víctimas, aparece el elemento de extranjería. En el
caso de los trascendidos respecto de violencia en las familias sirias, en
espacios destacados de medios locales se pudo leer y escuchar de todo:
acusaciones al gobierno de “traer solo problemas” al pueblo con el refugio
humanitario concedido, invocaciones supraterrenales ante tamaña barbarie, advertencias contra posible
diseminación del “virus” , comparaciones entre cultura musulmana “bárbara” y
cultura occidental respetuosa de derechos, hasta justas condenas de los
presuntos hechos y demanda de intervenciones adecuadas para que no se repitan.
El jueves pasado,
como todos los primeros jueves de cada mes desde hace años, la organización no
gubernamental Mujeres de Negro llamó la atención sobre la situación de la
violencia de género en Uruguay con una performance en la explanada municipal
bajo la consigna Nos tratan como basura, nos matan
como si fuéramos basura, en la que participaron entre otras
la designada Ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, la actual
asesora en género de dicha cartera, Glenda Rondán y la dirigente nacionalista
Beatriz Argimón.