Por: Julia Reyes
Y continuando con la temática que nos sugería el artículo sobre las “50 sombras de Grey” y buscando en la bibliografía de google nociones sobre el “nuevo criterio de definiciones sexuales” me encontré con una monografía escrita por una psicóloga Liliana Gómez Villa que publica el blog de Hernán Montecinos.
Me parece que no tiene desperdicio pues realiza una historiografía del sadomasoquismo muy actual cuyo estudio fue realizado a partir de vivencias directas de la psicóloga que para mayor comprensión sobre el tema fue a conocer de primera mano el movimiento en Nueva York, capital de lo “último de lo último” en temáticas que atañen a la sexualidad en Occidente.
Quedé absolutamente impresionada por lo relatado en esta monografía, más allá de la postura de “librepensadora” que expresamente asume la autora y que por supuesto no comparto.
Desde la Escuela Neijingla Energía o Soplo Espiritual Sensible, que la sexualidad proviene del Soplo que nos anima, pero que no nos pertenece. Que es Espiritual, de modo que tampoco nos pertenece ni nos confiere poder absoluto. Que es Sensible queriendo decir con esto que tiene que ver con los órganos de los sentidos (Ventanas del Cielo, como se traduce a los Sentidos desde el lenguaje tradicional chino) y con el cuerpo como templo que es: sagrado (no de sacrificio, sino de sacro oficio).
Me parece que generar consciencia y difusión con este tipo de material de lectura puede llevarnos a plantearnos una vez más la necesidad de revisar y revisarnos en un sentido amplio sobre los temas tantas veces planteados en los lemas orantes sobre la posesión, el poder, la libertad, la esclavitud, y finalmente la violencia, que dicho sea de paso en ningún momento menciona la autora de dicho artículo cuando en su libre pensamiento y búsqueda de entendimiento sobre la sexualidad, expone las diversas corrientes vinculadas a esta forma de relacionamiento que sin duda será energético más no espiritual ni sensible de cara a una vitalidad basada en el sufrimiento y no en el amor.
Sabemos también que cuando no nos vinculamos con el disfrute, se busca la vitalidad a través del sufrimiento, del dolor. Que una sexualidad basada en el dolor en el que uno es tirano y el otro es esclavo jamás puede ser sanadora para nadie. De ahí que me parece más pertinente asociar este tipo de prácticas como un rasgo más de disfunción social y por lo tanto individual, que tiene que ver sin duda con el Estilo de Vida violento en el que convivimos.
