lunes, 21 de septiembre de 2015

SORORIDAD, EL DESPERTAR DE LAS MUJERES QUETZAL



Buscando salir del maltrato, del machismo y el sometimiento, un grupo 30 comunidades indìgenas de la Sierra Norte de Puebla, México, han desarrollado un proyecto llamado“Maseualsiuamej Mosenyolchicauani" que significa“Mujeres indígenas que trabajan juntas". Actualmente se reúnen 300 mujeres en la pequeña ciudad de Cuetzalan que significa “junto a las aves preciosas llamadas Quetzal”.

El 85% de sus habitantes son indígenas nahuas o totonacas y el 45% son bilingües, hablan español y náhuatl o totonaca. 

Estas mujeres iniciaron sus proyectos en una cooperativa en 1985 formada por varones y mujeres indígenas para comercializar sus artesanías y sus cultivos sin intermediarios, pero los varones manejaban este proyecto. Así que en 1995 deciden separarse y desarrollar el suyo propio .

Con poca cultura y sin hablar bien el español y como han podido, se han mantenido bajo la legislación mexicana, buscando ampliar y defender sus derechos, proponiendo iniciativas sobre el trabajo de la mujer y la cultura sexual reproductiva, llevando a cabo proyectos de protección del medio ambiente y buscando beneficiar a sus comunidades. Han tomado cursos de contabilidad, computación, antropología, servicio al cliente, etc. No se consideran feministas, no buscan generar una ruptura con los varones, pero sí buscan ser independientes.

Mientras desarrollan sus proyectos tienen que lidiar con las restricciones familiares y sociales. Se les imponen las tareas domésticas, preparar los alimentos, cuidar a los hijos y al esposo, en algunos casos a los padres, además de trabajar en el campo. Viven aún con el temor de las murmuraciones del pueblo, por salir solas, por la duda sobre su “pureza” y “honorabilidad”. Si el esposo o el padre no están de acuerdo en alguna actividad que llevan a cabo, algunas han sido golpeadas y aún así siguen adelante.

Han recibido apoyo económico de diferentes organizaciones como la ONU, la Universidad Autónoma de Puebla, luego de haber aportado sus escasos ahorros y su visión.

Parte de estos recursos lo han destinado para crear un jardín botánico y conservar el cultivo y el uso de sus medicinas tradicionales.

Mantienen una tienda de artesanías, algunas tortillerías y molinos (en donde se muelen maíz, chile, frijol y café), una farmacia de medicina tradicional en la cuidad y todo lo que se vende se le paga a la persona que elaboró el producto en el día de la venta. 

Organizan talleres sobre el trabajo de la mujer,  la subordinación, la sexualidad, la salud reproductiva, la violencia y los derechos humanos. Participan en foros nacionales, regionales e internacionales compartiendo sus experiencias como mujeres autónomas. 

45 de estas mujeres han creado un Hotel Eco-turístico llamado Taselotzin (“plantita que crece de la tierra”) en donde se reúnen cada mes para organizarse y designar a la mujer que administrará el hotel el siguiente año y cada año para repartir las utilidades que se generan de los diferentes negocios.

A las artesanas que no son socias, se les entrega una canasta básica de alimentos.  

El hotel es atendido y mantenido por ellas. Ofrecen servicios de Medicina Tradicional Mexicana, masajes y purificaciones en el Temascal. Ellas cocinan, decoran, tejen en telar de cintura y bordan colchas y cortinas, bordan las toallas, hacen lámparas de papel amate (de madera prensada), hace jabón artesanal, velas y cestería de fibras naturales y así visten las habitaciones y áreas comunes. 

Es interesante la invitación a la austeridad: no hay armarios, solo hay percheros y un sitio en donde poner la ropa doblada. 

Dentro del hotel hay una tienda de artesanías principalmente textiles.

Durante el desarrollo de sus proyectis han vivdo importantes cambios en su comunidad:
  • Antes las familias tenían entre 12 y 20 hijos; ahora planifican y solo tienen tres o cuatro.
  • Las jóvenes casaderas eran ofrecidas a las familias de su futuro esposo sin su consentimiento. Ahora ellas pueden elegir a su marido. 
  • Actualmente los esposos no ven mal que sus mujeres salgan a trabajar y aceptan que salgan solas de la casa.
  • La gente de la comunidad ya no murmura tanto sobre ellas porque ya conocen que van a trabajar.
  • Algunas de ellas ya son tomadas en cuenta por los hombres de sus familias para opinar y tomar decisiones.
  • Algunas de sus hijas ya son universitarias y han regresado a la comunidad con nuevas propuestas e ideas.
  • Ahora la relación entre hombres y mujeres se lleva a cabo con mayor respeto.

En el restaurante se puede leer en su menú frases como ésta:
“Recuerda que la comida debe ser como el amor… sin prisas y con gusto” 

Llama la atención el muy femenino diseño de su logotipo…



Cada una de ellas aporta lo que sabe hacer, con la firme determinación de poner remedio a tanta ignorancia, a la pobreza, al maltrato y al trabajo esclavizante.

En esta comunidad como en muchas otras, se puede ver la repetición del mismo modelo masculino. Ahora la mujer, además de cuidar a la prole, parir y cumplir con lo establecido, sale a trabajar y aporta a la economía familiar, sin embargo el que estas 300 mujeres se organicen y busquen otra forma de estar y de vivir es “un milagro”.

El siguiente vídeo nos describe un poco más este tan femenino proyecto  :

No hay comentarios:

Publicar un comentario