domingo, 8 de noviembre de 2015

DIA CONTRA LA VIOLENCIA MACHISTA.







Ayer, en Madrid,  tuvo lugar una manifestación en protesta por la violencia de género. Acudieron bastante personas, habida cuenta del buen tiempo que hacía para la época del año en la que estamos y que era un gran puente en la capital de España.
Los políticos no faltaron; siendo como estamos en vísperas de elecciones generales es un buen momento para darse un baño de multitudes y “hacerse la foto”. Los políticos se parecen a las ranas, cualquier charca les viene bien para bañarse.
Es notable el hecho de que por fin las personas se echen a la calle para denunciar una situación espantosa que en España ya se ha cobrado 84 mujeres en el presente año. Y es un alivio escuchar que se habla de ello sin tapujos, en plena calle. Durante siglos, esta situación se ha silenciado… todo el mundo sabía lo que ocurría en las casas, pero existía una ley del silencio cómplice, porque el silencio, ante las injusticias , siempre es un “colaboracionista”.
Que los gobiernos tomen medidas es lo esperable, al fin y al cabo es una medida que afecta a un colectivo numeroso de sus ciudadanos, y el deber de todo gobierno es protegerlos.
La cuestión es que los gobiernos son los representantes del Estado, ese “fantasma legal” que asumió después de la Revolución Francesa los valores patriarcales, en sustitución del señor feudal, el cual, al menos, era más sincero: tenía el derecho de pernada [1] y no lo ocultaba.  Se nos olvida a las mujeres que los valores revolucionarios de liberté, égalité, fraternité, nunca se nos aplicaron a nosotras.
Libertad: carecen de ella aún gran número de  mujeres en muchas partes del mundo. Igualdad: da risa pensarlo sólo con ver la diferencia de salarios entre hombres y mujeres ¡en Europa!. Y la fraternidad… ya ven… fraternalmente han desaparecido 84 mujeres a manos de sus amantes parejas. ¡Forma extraña de entender la fraternidad!
Se reclamaba en la manifestación que esta terrible situación se considere “una cuestión de Estado”. Pero es que ¡ese es el problema! ¡Que es una cuestión de Estado! Y hasta que éste no cambie sus arcaicas raíces, seguirá habiendo feminicidios, porque la mujer sigue siendo un “objeto de usar y tirar”.
Según el Ministerio del Interior del Gobierno de España, “la prostitución mueve en España un total de cinco millones de euros cada día”. Asimismo, el Instituto Nacional de Estadística (INE), indica que el “6,7% de la población masculina de entre 18 y 49 años mantuvo relaciones con una mujer prostituida en los 12 meses previos a ser planteada una encuesta al respecto”.
No podemos aguardar a que cambie  la mentalidad del Estado. Lo que urge es que cambie la mentalidad de las propias mujeres y la de las mujeres para con las otras mujeres.
El gran problema es que aún la mujer da por bueno ciertos tratos y gestos del varón que no considera violentos y la violencia, hasta llegar a la muerte ,pasa por muchos momentos que la mayoría de las veces se consideran “normales”.
Las mujeres  debemos de desarrollar una actitud de extrema sensibilidad ante ello, no sólo hacia nosotras mismas sino también como custodias de otras mujeres. Muchas veces no sirve de nada porque está muy arraigado en nosotras el tolerar ciertos gestos y actitudes ancestrales como muestras del gran interés afectivo que se tiene por nosotras. Pero el cambio vendrá desde las propias mujeres, cuando  asuman que su destino es más grande que un varón y que  su independencia emocional y  su propia dignidad no pueden ser nunca motivo de chantaje afectivo.
Publicado por Inspiración Femenina Tian.








[1] El derecho que otorgaba a los señores feudales la potestad de mantener relaciones sexuales con cualquier doncella, sierva de su feudo, que fuera a contraer matrimonio con uno de sus siervos.

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