LA MUJER OBJETO SEXUAL HASTA EN LO VIRTUAL

Por Milagros García-Bueno

Hemos leído un artículo en el diario “La República” sobre una niña filipina virtual “Sweetie”, que todas las noches se sienta ante el ordenador y dice: “Hola, aquí estoy”. Cientos de miles de hombres la buscan. Ella les hipnotiza con sus ojos grandes, su encanto inocente y les ofrece sus “dones”, por decirlo de una forma suave. Los hombres no tienen miedo y confían en ella porque es una niña. Realmente se trata de un cebo para cazar a pedófilos, a los cuales persigue durante meses y de los que va recogiendo pruebas, rastros….

Según datos del FBI, 750 adultos se conectan cada día al ordenador para tener relaciones sexuales en la web. Sweetie ha cogido a más de mil personas hace unas doce semanas. El primer inculpado fue condenado a dos años por haber inducido a una menor a participar en actos sexuales. El Tribunal consideró que era irrelevante si la niña no era real, porque era suficiente el hecho de que el acusado pensara que era real.

Sweetie es una reproducción perfecta en 3D de una niña de 10 años de edad. Sus creadores diseñaron el programa respondiendo a peticiones que hombres adultos poco a poco enviaban voluntariamente. Uno de los operadores expresa su deseo de permanecer en el anonimato y dice le resulta difícil dormir por la noche después de sostener estas conversaciones.

Las personas seguidoras de Sweetie han sido localizadas en 36 países: 22 en Italia. 110 en el Reino Unido. La investigación policial sigue en curso.

Esta es la noticia y nos llama la atención el hecho de que una vez más se use lo femenino como cebo, es decir, que nos sigan usando como objeto sexual para conseguir determinados fines, que es verdad que contribuyen a desvelar toda esa trama de pedofilia que existe a través de la comunicación digital.

Lo que nos da tristeza es que la imagen sea siempre la de una mujer y mucho más si es la de una niña. Porque, como muy bien dice el Tribunal que condenó a uno de los pedófilos, el hecho es que quienes acuden a esta página piensan que es real.

La esperanza que nos anima a seguir es que algún día podamos dejar de ser un objeto sexual para los varones y para nosotras mismas, y se pueda cambiar la forma de ver a lo Femenino.