martes, 8 de julio de 2014

OLGA KOTELKO, LA INSPIRADORA HISTORIA DE LA ATLETA QUE NOS ACABA DE DEJAR CON 95 AÑOS...


Por Alicia Rentero 

UN TESTIMONIO PARA TODAS AQUELLAS PERSONAS QUE DICEN QUE ES DEMASIADO TARDE PARA CUMPLIR UN SUEÑO.






Olga Kotelko se calzó unas zapatillas de atletismo por primera vez a los 77 años.  No se conformó con dar paseos a ritmo ligero como aconsejan los médicos a personas de su edad. Ella quería correr, correr de verdad. Y desde entonces, no dejó de ganar medallas y de alcanzar récords en atletismo para personas mayores. Y siguió hasta que una derrame cerebral se la llevó el pasado 24 de junio,  a los 95 años.
Más de 750 medallas de oro y 30 récords mundiales son cifras que impresionan. Más aún si se sabe que esos triunfos se cosecharon entre los 77 y 95 años. Y más aún cuando la protagonista no había practicado nunca el atletismo. Porque a Olga Kotelko (Vonda, Canadá, 1919) lo que le gustaba era el béisbol. De joven no le importaba recorrerse varios kilómetros para jugar cuando salía de la escuela y luego volver a casa.
Criada en una granja del interior de Canadá, era la séptima de 11 hijos de un matrimonio de origen ucranio. Desde muy pequeña compaginó la escuela con las tareas domésticas y en su tiempo libre jugaba al softball y béisbol. Se graduó en la escuela para profesores en 1941 y comenzó a enseñar en una escuela de Vonda. Su matrimonio se rompió en 1957, cuando estaba embarazada de su segunda hija. Se mudó con su hermana a la Columbia Británica y se sacó un título universitario mientras criaba a sus hijas.
La carrera en la enseñanza de Olga continuó hasta 1984, el año de su jubilación. Hasta entonces nunca se planteó la práctica regular de deporte, pero una vez que tuvo tiempo libre, retomó el softball. Kotelko jugaba con dedicación pero con sus más de 70 años, los reflejos y agilidad empezaban a fallarle en el juego.
A los 77 una compañera de equipo le aconsejó el atletismo en pista y Olga se puso a ello. Contrató los servicios de una entrenadora húngara que le adiestró, cosa que gustó a la casi octogenaria deportista. Se sometió a una disciplina constante, con sesiones de gimnasio y entrenamiento en pista y sus músculos respondieron de forma asombrosa. Entonces decidió dedicarse por entero.
En los campeonatos de atletismo para gente mayor los veteranos deportistas se dividen en franjas de edad. Hay muchos sexagenarios, septuagenarios y octogenarios. A partir de los 90 los participantes escasean. Olga Kotelko arrasó en cada franja en la que compitió. De hecho, sus marcas a menudo eran mejores que las de atletas más jóvenes.
Además de un ejemplo de longevidad, Olga lo fue también de polivalencia. Podía correr, saltar, lanzar… Así destacó en categorías atléticas tan dispares como los 100 y 200 metros lisos, salto de altura y longitud o lanzamiento de martillo y jabalina. Y en todas ganaba. Cientos de medallas y 30 récords —gran parte de ellos entre los 90 y 95 años— cuantifican su éxito en el deporte.
El fenómeno de Olga avivó el debate sobre los efectos del ejercicio de alta intensidad en los mayores. Cualquier galeno aconsejaría hacer deporte a un octogenario o nonagenario, pero Olga entrenaba sus músculos y estos se fortalecieron a la vez que se ralentizó su envejecimiento. La atleta fue objeto de estudio y los expertos concluyeron que su caso era excepcional: sus riñones procesaban las enzimas y subproductos necesarios para que su masa muscular se regenerase después de un ejercicio intenso. Olga podía emplearse a fondo en el deporte porque se recuperaba de manera rápida y eficaz.
La veterana atleta canadiense fue rebajando el ritmo de sus entrenamientos en los últimos años, pero sus resultados siguieron siendo espectaculares. Al margen de los estudios a los que fue sometida, los investigadores obtuvieron una conclusión evidente: su tenacidad y entrenamiento fueron claves en su exitosa carrera deportiva.

CONSIDERACIONES

OLGA KOTELKO... Realmente todo un testimonio de  cómo para comenzar una nueva vida, nunca es demasiado tarde.
Y ante resultados tan asombrosos, Olga Kotelko, que no había pasado desapercibida para la ciencia, se prestó a cuantos estudios quisieron realizarle, dejando a todos perplejos...
Porque en la era donde gran parte de la investigación va dirigida al estudio de la longevidad, representaba un auténtico desafío para la ciencia... en "esas" condiciones.
“Todo el mundo puede preguntarse qué es lo que hace correr a Olga. Son los genes. Es la dieta. Es su temperamento. Son sus hábitos de descanso. Es el espíritu combativo del general cosaco del que desciende. Es su vibrante energía. Es el milagro del ejercicio, realizado durante una larga vida”.

¿Con cuántos años te sientes?" Le preguntaron (tenia 94)."Bueno, todavía tengo la energía que tenía a los 50, es un misterio, incluso para mí. " dijo ella. 
Si bien el estado físico se debe, en parte a los genes, de acuerdo a numerosas investigaciones, que determinan solo un 25% cuan larga será nuestra existencia; el resto: 75% depende del estilo de vida.
"La edad es sólo un número. Lo más importante es tu actitud 

hacia las cosas que te pasan", nos dice en otra ocasión.

Se ha demostrado que el ejercicio añade entre seis y siete años a un período de vida (y mejora la calidad de vida de muchas maneras).
Los investigadores que estudian maestrías atletas  se preguntan:
 ¿Y si el entrenamiento intenso hace algo que permite que el cuerpo se regenere a sí mismo?
También se ha visto que el ejercicio puede estimular la producción de telomerasa, una enzima que mantiene y repara las pequeñas tapas de los extremos de los cromosomas que mantienen intacta la información genética cuando las células se dividen. Eso podría explicar por qué los atletas de mayor edad no  sólo son  cardiovascularmente más activos que sus homólogos sedentarios ; sino que están más libres de las enfermedades relacionadas con la edad en general.

 El Instituto Neurológico de Montreal realizó un estudio detallado del  tejido muscular y fisiológico de Olga, concluyendo que con 91 años de edad poseía una edad celular correspondiente a los 65 años.

 En las muestras examinadas, unas 400 fibras musculares, no se vio ni una sola que tuviera  evidencia alguna de deterioro mitocondrial; cuando en una muestra de músculo de una persona  de 65 años de edad ya se pueden observar por lo menos un par de fibras defectuosas. 

También se ha observado que con el ejercicio  de resistencia, se activan células madre en el musculo y las mitocondrias parecen rejuvenecer y aunque se liberen radicales libres y otras toxinas, se desencadena la producción de antioxidantes que preservan la salud.

http://www.youtube.com/watch?v=xYlrOOmK-V0
http://www.youtube.com/watch?v=97Sc1eqjqms
http://www.youtube.com/watch?v=gnLEZR8qTIk
http://www.youtube.com/watch?v=kPj4_YhnpNA
http://www.youtube.com/watch?v=cwr9LDY6o0Q

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